Canto a mi marido, a mi hombre de Luz, a mi compañero eterno, a mi amigo inseparable. Canto su bondad, su excelencia, su belleza y su perfección. Canto su sublimidad porque el me dio su semen, gotita milagrosa, para que yo llegara a la Iluminación. Canto a mi coito sagrado, vehículo de la fecundación, vehículo que me dio la copa de vida, el Grial, mi hijo bendito, Luz de mi existencia.