martes, 25 de abril de 2017

PARA LOS HOMBRES: Un caballero jamás deja sin la gloria a su dama, el hombre poderoso jamás se inclina ante la debilidad del pensamiento, puesto que él es el luchador, el forjador, el que amasa las entrañas de su mujer con el vaivén de su penetración. El clítoris es el imán que apunta la sexualidad hacia el firmamento de la Bienaventuranza.
Muchas mujeres no conocen el orgasmo porque permiten que el hombre las posea sin previamente haber consumado el trabajo de afinación y apertura. Una rosa al viento es la vagina de la mujer, el clítoris es la puerta brillante que conecta hasta el infinito el cerebro las emociones, pasiones, la fuerza de salud, es el botón que comunica con el sistema entero de la sexualidad.
El hombre hecho y derecho a la Realidad Suprema eyacula cuando las ondas magnéticas de las vibraciones cósmicas armonizan los centros energéticos de su cuerpo. Eso es el Amor, limpiar y oxigenar los conductos de la sexualidad. Un hombre que llega rápido a la eyaculación, deja a una mujer insatisfecha, deja a una mujer colérica, deja a una mujer malfollada, y, es ahí donde ella empieza a resentirse cultivando migrañas, frigidez, esterilidad, infelicidad, y todo atributo maligno debido al mal funcionamiento de la fuerza seminal de su hombre.
La mujer no es la vagina, no es el agujero donde solo se mete la pinga loca; por eso las mujeres crían quistes, miomas, y toda clase de desórdenes en el vientre porque inconscientemente se están negando así mismas como creadoras y cómplices de la Maternidad.

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