Y tirita de miedo el bebé dentro del vientre,
y, no está la madre
para darle cobijo,
al contrario, se presta para ultrajarle
y con alevosía jalarle
hasta matarle.
¿Y quién llora por el bebé...? ¡Yo!
Lloro por la vida perdida,
por la luz opacada,
lloro, porque la ignorancia ganó esta vez...
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