martes, 24 de abril de 2018

EL SANTUARIO

EL SANTUARIO
Ayer meditaba en la soledad del amor absoluto cuando realicé que el miedo —a ser violada— en las mujeres se origina en el vientre materno, durante la gestación, porque hay penetración. El nuevo Ser, el bebé, percibe, oye, siente y “vive” la embestida del acto sexual.
La Consciencia sabia me enseñó que, una vez que la madre sepa que está embarazada, la penetración es prohibida, por eso se le llama Estado de Gracia, porque el bebé necesita Luz, pureza, para crecer sano y fuerte, sin amenazas de ser violada, ultrajada.
Claro, el doctor te dirá todo lo contrario, y por eso todas las gestantes sufren de infección urinaria, llegando incluso a perder el bebé. Por eso mujer, ámate, ama a la vida que llevas en ti, busca a un hombre que entienda que hacer el amor también significa respetar la concepción, porque queramos o no, el sexo es lujuria.
Una vez que las entrañas han dado cobijo al bebé, los pezones son inviolables, igual que la vagina. Los pezones y la vagina están conectados en una misma sincronización, para que el bebé no corra el riesgo de ser perdido por amenazas. Si la mujer no es penetrada durante su preñez, no tendrá ningún problema con su embarazo. No habrá placenta previa, no habrá embarazo ectópico, no habrá asfixia por enrollamiento de cordón, puesto que las paredes del útero ya no se abrirán para recibir la furia del sexo. La energía del endometrio sólo está activa para resguardar a la dulce criatura. El endometrio es la cuna de oro que arrulla al nuevo Ser.
Sin penetración
puede haber eyaculación
no hay alteración
de la Concepción
Manos de hombre
sacando él mismo su fuerza vital
para no llevar al hospital
a su hijo de cristal
Respetando la Consciencia madura
aún en la pose más impura
no cometemos injuria
puesto que la lujuria
en nosotros ya no perdura…
¡Nos amamos con dulzura!
Puesto que no hay alteración
de la Concepción
no cometemos fornicación
sólo hacemos el amor
con mucho ardor…

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