domingo, 11 de junio de 2017

ORIFICIOS DE PODER
La eyaculación precoz es una enfermedad que se origina en la pelvis, unidad que controla el equilibrio y los movimientos. El hombre que no tiene la capacidad suficiente de irradiar energía de Luz alrededor de su cóccix, bloquea los conductos deferentes, creando disfunción eréctil.
Sin embargo, el problema no radica en su pene sino en su corazón. Su problema no es sexual; es la ausencia del Amor. Su problema no es físico, sino energético.
El hombre, hecho y derecho a la Realidad Suprema, eyacula cuando las ondas magnéticas de las vibraciones cósmicas armonizan los centros
energéticos de su cuerpo. Eso es el Amor. Es limpiar y oxigenar los conductos de la sexualidad. Un hombre que llega rápido a la eyaculación, deja a una mujer insatisfecha, deja a una mujer colérica, deja a una mujer malfollada y, es ahí, donde ella empieza a resentirse, cultivando migrañas, frigidez, esterilidad,
infelicidad y todo atributo maligno, debido al mal funcionamiento de la fuerza seminal de su hombre.
A todo mal, un remedio. La Iluminación me adornó con el Poder del Don de la Curación para remendar esta imperfección, entre la energía y el cuerpo. Así, el hombre debe orinar en cuclillas para liberar toda la carga almacenada en su columna vertebral, sin tocar su trofeo viril. Orinar libremente, y luego, recostado sobre su espalda, hará el siguiente ejercicio: agarrará el pene y hará círculos hacia la izquierda. Eso permitirá que la energía que emana del
cóccix vaya progresivamente eliminando el atoramiento del vaso seminal para así, con la fiereza de un tigre, llevar a su bella dama al paraíso orgiástico.

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