Entre Santo y desencanto, yo digo:
La Fiesta de San Juan,
limpiar la basura que dejan los hombres cerdos da tanto afán
.
La Fiesta de San Pedro,
la vida sigue en desmedro.
La Fiesta de San Pablo,
tan claro y fuerte hablo,
que mi palabra es un clavo,
porque yo siempre alabo
al Verbo fecundado.
A cada Santo,
su devoto.
Para mí el único Santo,
a quién escucho su canto,
es al bebé,
y no rompo su divino manto,
porque yo estoy al tanto,
de lo implica el llanto
de la maternidad, el lamento,
si se rompe el cimiento del nacimiento.
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